10/11/07

La Argentina se aleja de los países accesibles para invertir

Según el informe Doing Business 2008, que elabora el Banco Mundial, existe una serie de factores que complican el ingreso de inversiones en la Argentina, entre los que destaca la burocracia para iniciar un negocio, la fuerte carga fiscal y las regulaciones que dan una fuerte rigidez a las relaciones laborales.
Esas cualidades ubican a la Argentina en el puesto 109, entre los 178 países en los que se analizaron las regulaciones que incentivan y desmotivan las inversiones.
En la región, Chile muestra mejores condiciones (se ubica 33º), seguido por México, Perú, Uruguay y Paraguay, que se posicionan en los lugares 44, 56, 98 y 103 del ranking, respectivamente. En tanto, Brasil recién aparece en la 122ª colocación.
Para realizar el análisis, el estudio toma en cuenta diez variables y fases que afectan el desarrollo de un emprendimiento:
Apertura de un negocio
Manejo de licencias
Empleo de trabajadores
Registro de propiedades
Obtención de créditos
Protección de inversores
Pago de impuestos
Comercio trasfronterizo
Cumplimiento de contratos
Cierre de una empresa
Entre los apartados en los que la Argentina figura por encima de la media mundial se destacan la Obtención de créditos (48) y el Cumplimiento de contratos (47), mientras que en los rubros que queda mal posicionada son Empleo de trabajadores y Pago de impuestos (ambos en el puesto 147).
Sin embargo, hay que tener en claro que el país no bajó de nivel por sí mismo, sino por el mejor desempeño de las otras economías.
Así, el economista Fausto Spotorno, miembro de la consultora Orlando Ferreres & Asociados, destacó que "lo que se ve en el informe es que los países van mejorando, pero que la Argentina no ha hecho mucho y que inclusive en algunas cuestiones ha empeorado".
Para el Spotorno, "el país ha estado comprometido con otras cuestiones pero éste es un tema a tener en cuenta de acá en adelante".
Las malas notas
Facilidad para los negociosEl informe destaca a los países que más hicieron innovaciones para facilitar los negocios y tuvieron mayores impactos en sus economías. Como líderes nombra a Egipto y a Croacia, mientras que la Argentina figura con una nota negativa en el apartado Cierre de empresas.
Cuando los empresarios analizan un plan de negocios lo primero que tienen en cuenta son los procedimientos que deben realizar para operar legalmente.
Teniendo en cuenta varios factores como la cantidad de días promedio que se tarda para abrir un negocio, el capital necesario y la cantidad de procedimientos, nuestro país se encuentra en el puesto 114, con una caída de cuatro puestos con respecto al año pasado.
Así, mientras que en Australia se necesitan dos pasos y dos días para la apertura de una empresa, en la Argentina ascienden a 14 y 31, respectivamente.
En particular, el estudio compara la dificultad de obtener licencias para la construcción y puesta en marcha de, por ejemplo, un depósito. En este particular apartado, la Argentina sufre su peor revés y se ubica dentro de los peores, en el puesto 165, siendo superado por países como Bolivia y Venezuela, que en el ranking global están por detrás de nuestro país.
Construir y obtener las licencias para poner en marcha un depósito en el país toma casi un año (338 días) y 28 procedimientos, mientras que en Bolivia se hace en 249 días y 17 pasos.
El informe destaca que "cuando el peso de las regulaciones es muy grande, los empresarios mueven su actividad a la informalidad , dejando a todos peor".
Relaciones laboralesEn cuanto al empleo de trabajadores, el país se encuentra muy relegado respecto al mundo. Doing Business examina, entre otras variables, las dificultades que las regulaciones gubernamentales implican para contratar trabajadores y despedirlos, la rigidez en los horarios, la flexibilidad de los contratos y hasta los días de vacaciones que los empleados tienen pagos.
En este rubro, la Argentina se sitúa en el puesto 147, en igual ubicación que el año pasado y no muestra mejoras desde el 2005, salvo en el costo de despedir a un trabajador, donde registra una leve baja.
El Banco Mundial resalta que mientras "las regulaciones hacen que el empleado mejore su salario, las normas rígidas tienen muchos efectos no deseados como la menor creación de empleo y la menor inversión en Investigación y Desarrollo".
"En los '90, la flexibilidad laboral permitía contratar más fácilmente, pero ahora retrocedimos bastante. La 'doble indemnización', por ejemplo, genera un costo muy alto y un retroceso. Ahora, con su derogación, por ahí mejora", dijo Spotorno a infobaeprofesional.com.
"Para estar mejor en el ranking hay que reducir costos y tiempos en las regulaciones y hace falta un trabajo bien microeconómico", agregó.
Protección de inversiones y controlEn tanto, en la protección de inversiones y en los controles que el Gobierno fija para evitar casos de corrupción dentro de las empresas, como la autocompra de insumos, el país se ubica en el puesto 96, lejos de las potencias.
El caso Skanska es un claro ejemplo de cómo el Gobierno manejó una situación de este tipo, donde se investigan casos de corrupción empresarial y por parte de algunos funcionarios. En este rubro, la Argentina está peor que Brasil, México y Perú.
Presión fiscalCon respecto al pago de impuestos, Doing Business tiene en cuenta el número de transferencias que una mediana empresa debe hacer al Gobierno, el tiempo que lleva completar los formularios y el porcentaje de los beneficios que se destina a pagarlos.
La Argentina se ubica dentro de los países con peores regulaciones impositivas, exactamente en el puesto 147, detrás de casi todas las economías del Mercosur.
El estudio especifica que "en los países donde el peso de los impuestos es muy grande, como sucede en la Argentina, se tiende a la evasión".
"Tras mejorar el proceso de empleo de trabajadores, es necesario, en segundo lugar, hacer una reforma impositiva macro que es más difícil de lograr para tratar de disminuir los impuestos que son muchos y altos", explicó el economista de la consultora de Orlando Ferreres.
Intercambio comercialLos procedimientos y regulaciones para comerciar con el mundo ubican a la Argentina en el puesto 107, con nueve documentos necesarios para exportar y siete para importar con un costo de 1.325 y 1.825 dólares por container, respectivamente.
El lado positivo Según consigna el informe, antes de invertir, "las firmas constantemente tienen en cuenta las dificultades para acceder a los créditos". Doing Business construye dos indicadores que explican cuán bien funciona el mercado crediticio.
El primer item toma en cuenta los registros crediticios y su cobertura, asociados a los entes que colectan y distribuyen información acerca de los tomadores de préstamos y que "pueden expandir el crédito al brindarle datos confiables a los prestamistas".
Para el Banco Mundial, también incide el desarrollo y conocimiento de los derechos legales que tienen los que prestan y los que reciben los créditos.
En este ámbito, la Argentina se sitúa en el puesto 48 con una caída de tres lugares con respecto al 2007, pero por encima de Brasil y México. En tanto, los primeros puestos los ocupan Inglaterra, Hong Kong y China .
En tanto, en el cumplimiento de contratos y en las regulaciones que los sostienen, la Argentina muestra una buena performance, al ubicarse en el puesto 47.
El estudio también tiene en cuenta los procesos judiciales y la celeridad con que se resuelven los conflictos derivados de no cumplir con un contrato. En este punto la Argentina supera a Brasil, Perú e inclusive México.
Con relación a las regulaciones en torno a la quiebra de empresas, la Argentina se sitúa en el puesto 65, con un período de casi tres años para demostrar insolvencia.
Según los especialistas, el país debería mejorar en casi todos los aspectos para ponerse de nuevo en la mira de los inversores y subir en el ranking del Banco Mundial. Para ello, "el Gobierno debería revisar todas las regulaciones y aplicar reformas como vienen haciendo los demás países", concluyeron.

Fuente: Infobae Profesional - 9 /11/07

16/10/07

Un motor de muy pocos caballos

“Las exportaciones son un motor para el crecimiento de la economía, por eso es importante que aumenten. La Argentina exporta poco, pese al incremento del comercio en estos años. En las 33 naciones con un PBI superior al de la Argentina, y una población con mejor nivel de vida, las ventas al exterior tienen un peso mayor en la economía. Entre esas naciones se encuentran Canadá y Australia, que en la década del 20 tenían un PBI similar al de nuestro país”, afirmó Elvio Baldinelli, vicepresidente de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA). Baldinelli fue uno de los expositores en el ciclo de conferencias realizado en Expo Comex la semana última. Para que las empresas vendan más, deberían contar con mano de obra calificada e invertir para ampliar la capacidad instalada: “Para las empresas es difícil encontrar torneros, electricistas, ingenieros o químicos. La educación no privilegia la industria, tenemos muchos abogados y pocos técnicos”. También señaló la necesidad de disponer de una infraestructura adecuada en caminos, ferrocarriles, energía. Al analizar las pymes, Baldinelli sostuvo que son pocas las que exportan, un 5% del sector: “Si aumenta la cantidad de pymes exportadoras, y las ventas, es bueno no sólo para las empresas sino para la economía del país. Cuando una empresa coloca sus productos en otros mercados es porque tiene calidad, de otra manera no podría competir, y de esa mayor calidad también se benefician los consumidores argentinos”. Por otra parte, agregó, frente a cambios en la economía las empresas exportadoras se encuentran en mejor posición que las que producen exclusivamente para el mercado local. “En este momento el mercado interno está en expansión, pero de ocurrir una desaceleración las empresas que comercializan en el exterior están en mejores condiciones para defenderse”. Y al aumento del consumo se debe, consideró Diego Pérez Santisteban, presidente de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), el incremento de las compras en el exterior: “¿Qué modelo de comercio exterior se definió para el país? ¿Es un tema prioritario para la Argentina? No se advierte una política de impulso a las exportaciones; el mercado interno fue prioritario en estos años, y eso se observa, por ejemplo, en que hubo más crédito para el consumo que para la prefinanciación de exportaciones”. El fomento al consumo, indicó Santisteban, y una industria que trabaja cerca del límite de la capacidad instalada son la causa del alza de las compras en el exterior. “Hoy las importaciones son complementarias de la producción local, es una situación distinta a la de fines de los 90 cuando los productos importados desplazaron a los nacionales”, afirmó. En cuanto a la velocidad del incremento de las importaciones y su composición, el presidente de la CIRA sostuvo que “en la Argentina tenemos un problema cultural, resultado de años de economía cerrada, por el cual consideramos nocivas a las importaciones. Pero si examinamos lo que se compra en el exterior en los últimos años surge que más del 75% son bienes de capital e insumos que utilizan tanto la industria como el campo y los servicios. Por eso cuando crece el PBI aumentan las importaciones”. En cuanto a las recientes restricciones al ingreso de productos de China, y otros países asiáticos, Santisteban aclaró que “las medidas se fueron flexibilizando luego de dos o tres semanas de caos, y, excepto para algunos artículos como neumáticos o capelladas, las restricciones son similares a las que había”.
Diario La Nación, Suplemento de Comercio Exterior - 16/10/07

4/9/07

Gran crecimiento de las pymes

El 72% de las firmas exportadoras en 2006 fueron pequeñas y medianas empresas; caída en el valor de las ventas.
En 2006, las pymes representaron el 72% de las empresas exportadoras, pero su participación en términos de valor se redujo un 8,2%, lo cual refleja las asimetrías con las grandes empresas, según un informe elaborado por la consultora Abeceb.com, que dirige el economista Dante Sica. El trabajo -que considera pymex a las firmas que exportaron entre 10.000 y tres millones de dólares en promedio durante los últimos tres años- destaca como significativo el crecimiento experimentado por el entramado pyme exportador durante los últimos años. Mientras que en 2002 el total de pymex constaba de 6422 firmas, en el último año esa cifra trepó a 10.721, al tiempo que, en términos de valores, pasaron de facturar envíos por US$ 1790 millones a US$ 3520 millones entre 2002 y 2006. El informe analiza el desempeño de las pymes como sector exportador. Dice: "En momentos en que las exportaciones argentinas, siguiendo una tendencia mundial, se incrementaron año tras año superando permanentemente los registros históricos". El interés en el comportamiento de las pymex está dado, fundamentalmente, en que, por diversas razones, su desarrollo es positivo para la economía en conjunto. Abeceb.com cita como ejemplos su incidencia en el empleo, la generación de mayor valor agregado y los componentes tecnológicos del proceso productivo. Destaca luego que las pymex venden en el exterior productos con un grado de procesamiento superior, por lo que el valor agregado de ellas es más alto que el de las exportaciones de las grandes empresas. "Esta relación puede ser analizada mediante el indicador de valor por kilo exportado para cada tipo de empresa. En consecuencia, se determina que a pesar de que las grandes firmas mejoraron la relación en los últimos cuatro años casi duplicando el valor agregado de sus ventas, el precio de sus exportaciones es aproximadamente la mitad del valor que generan los productos despachados por las pymex", sostiene la investigación. Si se analizan las exportaciones por tipo de empresa y se las clasifica por rubro, se advierte claramente la mayor incidencia de manufacturas industriales para las pymex: representan un 57% del total exportado por ellas y un 88% para el caso de las microempresas, mientras que en las grandes empresas los productos industriales implican menos de un tercio de las ventas a mercados externos. Si se consideran las exportaciones de las pymex por sector, una primera observación revela una alta diversificación, con fuerte participación de bienes de capital, eléctricos, frutas, plásticos y alimentos en general.
Fuente: La Nación, Sup. Comercio Exterior, 4/9/07

17/7/07

La importancia de una "marca país"

Lo que más me sorprendió de un nuevo ranking de la "marca país de 40 naciones -su nivel de aprobación en el resto del mundo- no fue que Estados Unidos saliera más bajo de lo que uno hubiese esperado, sino que Brasil, la Argentina y México salieron medianamente bien parados, considerando la volatilidad de su región. Según el Ranking Anholt, una encuesta de 25.000 personas en 35 países sobre cómo se perciben los productos, la gente, la cultura, los gobiernos, la economía y el turismo de otros países, las naciones de Europa y Canadá tienen la mejores marcas país del mundo. La lista está encabezada por Gran Bretaña, seguida por Alemania, Canadá, Francia y Suiza. Estados Unidos está en el puesto número 11; Brasil, en el 19; la Argentina, en el 23, y México, en el 30. Simon Anholt, el experto británico en medición de la reputación internacional de países que conduce esta encuesta con la empresa consultora Global MarketInsite, de Seattle, me dijo que empezó a elaborar esta encuesta hace dos años, porque en una economía globalizada los países con la mejor marca país van a tener una ventaja competitiva cada vez mayor para vender sus productos en el exterior. "El país de origen es una parte muy importante de la imagen de un producto", me señaló Anholt. "El hecho de que Gucci sea una marca italiana es muy importante para ese producto. Lo mismo va para Sony en Japón, o Mercedes-Benz en Alemania." La ubicación de Estados Unidos en el puesto número 11 no se debe únicamente a la oposición internacional a la guerra de Irak. "La expansión mundial de la cultura popular y de los productos norteamericanos ha hecho que mucha gente en el resto del mundo sintiera que no necesita viajar a Estados Unidos ni pasar el fastidio de tramitar una visa y las revisiones de seguridad en los aeropuertos, porque puede comprar productos norteamericanos en sus propios países", dijo Anholt. Cuando le pregunté sobre los países latinoamericanos, Anholt respondió que salieron relativamente bien clasificados, pero tienen un gran problema: la gente en el resto del mundo tiene una imagen positiva de la cultura, la gente y los paisajes latinoamericanos, pero una imagen negativa de los productos y servicios de la región. "América latina tiene una marca «blanda»", dijo Anholt. "Brasil tiene un puntaje muy alto como destino turístico y atracción cultural, pero todos los países de América latina tienen puntajes muy bajos en factores importantes, como la calidad de sus productos , añadió. Por ejemplo, cuando se le pide a la gente que clasifique a los 40 países según la calidad de sus productos, Brasil quedó en el lugar 26; la Argentina, en el 30, y México, en el 34, muy por debajo de la imagen general de estos países. Los tres países que, según los encuestados, hacen mejores productos son Japón, Estados Unidos y Alemania. "¿Qué deberían hacer los países latinoamericanos para mejorar su marca país?", le pregunté a Anholt. "Cuando hablo de mejorar la marca país, no estoy hablando de promoción. Muchos países gastan mucho dinero en campañas de publicidad estúpidas. Eso no funciona , respondió. "Lo que se necesita es mejorar la calidad de lo que los países producen, y elaborar planes de 10 o 15 años que involucren una estrategia nacional coordinada de todos los sectores de la sociedad." "Brasil es el país latinoamericano con las mayores oportunidades, porque tiene en su haber una muy buena imagen externa por su música, fútbol y alegría de la vida, pero no ha sabido poner esa imagen al servicio de su economía", dijo Anholt. "Brasil sería una fantástica marca país para productos como ropa deportiva, compañías disqueras o casas de moda", dijo Anholt. "Sin embargo, si uno le pregunta a la gente en Europa qué productos brasileños conoce, probablemente sólo pueda mencionar Reef Brazil, que es una compañía de ropa de playa de California que fue fundada por dos hermanos de la Argentina. Suena chistoso, pero es una tragedia." Mi opinión: estoy de acuerdo. Los países latinoamericanos podrían desarrollarse más rápidamente si, en lugar de depender de exportaciones de materias primas, pusieran más empeño en mejorar su marca país y utilizarla para diversificar y aumentar sus exportaciones.
Nota publicada en La Nación 17/7/07 por Andrés Oppenheimer

28/5/07

Advierten sobre la necesidad de invertir para que se exporte más Advierten sobre la necesidad de invertir para que se exporte más

LOS VOLUMENES DE LAS VENTAS AL EXTERIOR ESTAN ESTANCADOS
En el sector privado señalan que las exportaciones crecen sólo por los precios.
En lo que va de este año, las exportaciones llegaron a US$ 15.272 millones y aumentaron 10% respecto del 2006. Aunque el dato es positivo, los especialistas advierten que el vaso no está tan lleno como parece: el alza de las ventas al exterior se debe a un repunte del 9% de los precios y solo del 1% en las cantidades. Los analistas privados coinciden en que la suba de los precios internacionales de los commodities beneficia a Argentina. Pero ven luces de alerta en la exportación de combustibles y de productos agropecuarios.En Economía ponen el ojo sobre la mitad del vaso lleno. Y destacan que las manufacturas de origen industrial (MOI), las de mayor valor agregado, crecieron un 14% en cantidades."Las automotrices empujan el aumento de este segmento. El sector está muy competitivo y tiene un gran potencial, por lo que hay mucha inversión destinada a la exportación", señala Javier Alvaredo de la consultora MVAS Macroeconomía. Pero apunta que las inversiones no se ven con la misma fuerza en el resto de la industria. "Para que las multinacionales inviertan más hace falta una macroeconomía más estable, que se resuelvan las dudas sobre la cuestión energética y que se desmantele la política de precios. Los inversores necesitan tener el control sobre estas variables claves", asegura.La contracara son las exportaciones de productos primarios (PP) que cayeron 4% en cantidades en igual período. Pero esto fue más que compensado por el salto del 21% en los precios.Pero los asesores de Felisa Miceli señalan que la comparación interanual en cantidades no siempre es representativa. "En los primeros meses del año se comercializa una porción relativamente pequeña de la producción local de granos. Además, por las lluvias e inundaciones se retrasó el levantamiento de la cosecha de soja, que este año será récord". Las fuentes consultadas sostienen que todavía falta levantar el 25% de la cosecha, mientras que en 2006 para esta fecha ya estaban todos los granos acopiados.En el Palacio de Hacienda dicen que el mismo motivo explica la baja del 3% en las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario (MOA).Sin embargo, el economista Camilo Tiscornia le encuentra otra explicación a la baja performance de los productos agrícolas. "Acá se nota el impacto de las presiones políticas para favorecer al mercado interno. Las restricciones a las exportaciones de carne, maíz y lácteos impactan fuerte en este segmento", señala. Las trabas efectivas que impone el Gobierno o las sugerencias que transmite para que vuelquen la producción fronteras adentro dan su fruto. Un dato: según el Centro de la Industria Lechera, en lo que va del año La Serenísima exportó 15% menos que en el mismo lapso del 2006.Dante Sica tiene otra visión. "Los sectores que tienen presión estatal no tienen suficiente peso como para traccionar las exportaciones hacia abajo". En cambio, alerta sobre el desempeño de los combustibles. "Es el sector que tiene la luz amarilla más fuertemente encendida", cuenta. El sector viene perdiendo: bajaron 4% las exportaciones por precio y 8% por cantidades.En el entorno de Felisa Miceli esperan que "a partir del segundo trimestre las cantidades exportadas aumenten fuertemente". A tal punto confían en este dato que corrigieron las proyecciones de exportaciones para el 2007. Ahora anticipan 52.000 millones frente a los 50.000 millones estimados anteriormente.
Fuente: Clarín 27/5/2007

17/4/07

Exportaciones - Contradicción peligrosa

Mientras se gestiona la apertura de nuevos mercados y la eliminación de subsidios por parte de varios países, restringimos nuestros envíos
Nadie en su sano juicio puede negar que la debacle causada por la crisis económico-política de 2001 en la Argentina resultó, al menos, en un nuevo y más "competitivo" tipo de cambio. Este nuevo escenario, en términos de costos en moneda dura, se constituyó en el puntapié inicial para que numerosas empresas locales pensaran ofrecer sus productos y servicios en el exterior. Ello trajo aparejado una serie de beneficios para aquellas que finalmente se lanzaron al mercado internacional: aumento de volumen de operaciones, diversificación de riesgos, aprovechamiento de la capacidad instalada, aumento de los precios de venta en términos de moneda local, extensión del ciclo de vida de ciertos productos y mejora de la imagen corporativa, entre otros aspectos. Fue así como, a partir de 2002, se generó una fuerte corriente exportadora que aportó aire fresco por el lado del frente externo. No debe soslayarse el hecho de que un importante saldo comercial positivo es clave dado que el país necesitará en los próximos años una superavitaria cuenta corriente que le genere las divisas para poder cumplir con los compromisos de su deuda pública recientemente reestructurada. Al mismo tiempo debe considerarse que lograr exportar un producto o servicio es la acción concluyente de un laborioso y esforzado proceso encarado por parte de miles de empresas. Exportar productos o servicios al mundo es como jugar al fútbol en primera división: sólo los profesionales lo hacen. La actividad exportadora requiere un profundo esfuerzo y cambio de mentalidad en el nivel organizacional, el cual, una vez observado, conlleva una potente fuerza inercial. En línea con esta idea, una actitud estatal pro exportaciones debería ser un bastión y mantenerse incólume ante los avatares de la vida política nacional.
Largo aliento
Ganar mercados en un mundo competitivo es tarea de largo aliento y la Argentina necesita de ello. Es oportuno citar aquí el último informe anual de la Organización Mundial del Comercio (OMC) según el cual la Argentina se encuentra en el puesto número 46 dentro del ranking de naciones que más exportan en términos absolutos, con un volumen ínfimo: 0.4% del total mundial. No obstante, en los últimos tiempos hemos visto cómo se han restringido (dificultado) y/o gravado con impuestos distorsivos el envío al exterior de determinados productos, lo que desincentiva la inversión productiva y lesiona la imagen del país y de la empresa exportadora. Por otra parte, es preocupante saber que algunas provincias tendrían en estudio la sanción de una ley para impedir ciertos envíos, como es el caso de Entre Ríos y la eventual prohibición de exportar madera a la pastera Botnia en Fray Bentos. Todo este accionar no debería asombrarnos si no fuera porque en forma concomitante estamos gestionando en el plano internacional la apertura de mercados y la eliminación de subsidios a la producción. En el ámbito del comercio exterior, suele decirse que el exportador debe respetar estrictamente la regla de la triple C: calidad, cantidad y continuidad en sus envíos al exterior. Es decir, se debe garantizar la exportación de productos de excelencia, en cantidades relevantes y sin interrupciones. Sin embargo, y a la luz de algunas medidas tomadas últimamente por el Estado, en ciertos casos estos dos últimos aspectos parecen prácticamente no poder ser cumplidos.
Fuente: La Nación 17-04-07

20/3/07

Jaque a la evolución del comercio exterior

Según un trabajo del Banco Mundial, en el país hay situaciones críticas que hacen peligrar el crecimiento
En este año electoral, también el comercio exterior y, particularmente, sus problemas comienzan a hacerse presentes en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires. José Barbero, investigador y analista en temas de transporte del Banco Mundial, presentó en la Legislatura porteña las conclusiones de su reciente trabajo "Argentina: el desafío de reducir los costos logísticos ante el crecimiento del comercio exterior". El especialista se encontraba en la capital argentina invitado para el Congreso Internacional del Transporte organizado días atrás en la Rural. Las conclusiones que resultan del trabajo finalizado en 2006 hacen público lo que hasta ahora era un tema que apenas trascendía la preocupación del sector: la región metropolitana está en situación crítica si pretende cumplir con las metas oficiales de seguir siendo uno de los tres pilares del sector exportador argentino hacia el futuro. El Gobierno acaba de anunciar que ya para fines de este año espera generar ingresos cercanos a 50.000 millones de dólares. Según los planes, la meta es llegar a 2010 con un volumen de negocios de 60.000 millones de dólares. Pero, según el informe de Barbero, hay cuatro áreas estarían por poner en peligro esta evolución: los problemas de congestión en el centro granelero de Rosario, la limitada participación del ferrocarril para paliar estos cuellos de botellas, las demoras en los principales puntos de salida y entrada al país -reflejados en las colas de 15 kilómetros en el paso de Cristo Redentor- y las dificultades que encuentra la carga de contenedores en el país. "No es que todo sea un desastre, pero hay una congestión seria que empeorará si no se reacciona", advirtió Barbero durante la presentación del informe y anticipó un sobrecosto que no se dejaría esperar. Entre las áreas de mayor necesidad están los problemas que encuentra la carga contenedorizada. Según el especialista, el 90% de los contenedores que se mueven en puertos argentinos lo hacen por las terminales del área metropolitana. Las principales -Puerto Nuevo, Dock Sud y Zárate- están acercándose al límite de su capacidad operativa. El mayor problema sigue siendo el limitado espacio en las playas y los muelles en combinación con la baja disponibilidad de transporte y contenedores. A ello se suman dificultades en la gestión documental y un excesivo papeleo, según indicó una encuesta entre 55 empresas consultadas para el estudio. Sin olvidar los problemas de inseguridad en las rutas. Sin embargo, el obstáculo que más preocupa a los expertos del Banco Mundial es el congestionamiento que presentan los accesos terrestres -con un volumen transportado de 2,4 millones de TEU por año- y las serias dificultades de los buques para ingresar en el puerto. Sin consenso "A diferencia de Rosario, el problema no es claramente reconocido, no hay consenso sobre las soluciones y deben intervenir numerosos actores como el Ejecutivo, la Ciudad o la Provincia, particularmente en lo que hace al acceso de la zona portuaria frente a la capital argentina, Puerto Nuevo y Dock Sud", explicó Barbero. Al respecto, la Administración General de Puertos (AGP) anunció la semana pasada la llegada de la draga TSDH Hang Jun 4011. La embarcación de origen chino tendrá a su cargo la obra de profundización y ensanche del canal Norte y de acceso al puerto. La obra podría empezar en cuatro semanas una vez elaborado el plan de trabajo, comunicó la AGP. "Pero me llama la atención que no se vea una estrategia visible para el puerto. La AGP desarrolló un plan. Y era un buen plan. Pero, ¿qué va a pasar con eso?", se preguntó José Barbero en entrevista con LA NACION. -¿Cuándo se hará agudo el tema de saturación de carga? - En nuestro informe vimos que para 2008 Buenos Aires estará en zona de peligro si no se hace nada. -¿Conviene sacar el puerto de carga del ámbito de la ciudad para utilizarlo como puerto de cruceros? -Todo es posible a largo plazo. Pero aquí y ahora, la actividad de cruceros es una actividad más en el puerto. Y para la actividad de importación y exportación, las terminales del puerto son fundamentales para la Argentina. Desde el banco estamos proponiendo una mesa de diálogo justamente entre la Ciudad, la Nación y también la Provincia, que es un actor fundamental, para que se pongan de acuerdo. Hay ganas. Pero ya se desató el tiempo de elecciones y habrá que esperar. Lo irónico para el especialista es que, más allá de los problemas de entrada y salida al país, la Argentina es considerada en términos de logística, como una de los países más avanzados en América latina. El Indice de Percepción Logística (LPI, por su siglas en inglés), elaborado por el Banco Mundial en base a una encuesta entre operadores de carga de 150 países (ver gráfico), le adjudica uno de los primeros lugares en desempeño logístico en la región. Sólo es superada por Chile y deja muy atrás a la potencia exportadora del Mercosur, Brasil. Sin embargo, mientras subsistan los principales cuellos de botella en salida y entrada de carga en la Argentina, esa percepción no podrá convertirse en una ventaja competitiva. Desde la Comisión de Transporte y Tránsito de la Ciudad anuncian incrementar los esfuerzos para que el gobierno porteño intensifique el trabajo y rediseñe el ingreso del tránsito pesado en la ciudad. Más aún, que la carga pueda ser despachada en la noche. "Las terminales están dispuestas. Lo que falta ahora es incentivar a los transportistas, que son los que más se resisten. Esto se puede lograr vía costos. Una posibilidad sería ofrecerles una tarifa especial a aquellos que lo hagan de noche", indicó a LA NACION el presidente de la Comisión de Tránsito y Transporte de la Legislatura porteña, Jorge San Martino. "Pero para ello hay que hacer más que sólo sacarse una foto con el tranvía", matizó.más en el puerto. Y para la actividad de importación y exportación, las terminales del puerto son fundamentales para la Argentina. Desde el banco estamos proponiendo una mesa de diálogo justamente entre la Ciudad, la Nación y también la Provincia, que es un actor fundamental, para que se pongan de acuerdo. Hay ganas. Pero ya se desató el tiempo de elecciones y habrá que esperar. Lo irónico para el especialista es que, más allá de los problemas de entrada y salida al país, la Argentina es considerada en términos de logística, como una de los países más avanzados en América latina. El Indice de Percepción Logística (LPI, por su siglas en inglés), elaborado por el Banco Mundial en base a una encuesta entre operadores de carga de 150 países (ver gráfico), le adjudica uno de los primeros lugares en desempeño logístico en la región. Sólo es superada por Chile y deja muy atrás a la potencia exportadora del Mercosur, Brasil. Sin embargo, mientras subsistan los principales cuellos de botella en salida y entrada de carga en la Argentina, esa percepción no podrá convertirse en una ventaja competitiva. Desde la Comisión de Transporte y Tránsito de la Ciudad anuncian incrementar los esfuerzos para que el gobierno porteño intensifique el trabajo y rediseñe el ingreso del tránsito pesado en la ciudad. Más aún, que la carga pueda ser despachada en la noche. "Las terminales están dispuestas. Lo que falta ahora es incentivar a los transportistas, que son los que más se resisten. Esto se puede lograr vía costos. Una posibilidad sería ofrecerles una tarifa especial a aquellos que lo hagan de noche", indicó a LA NACION el presidente de la Comisión de Tránsito y Transporte de la Legislatura porteña, Jorge San Martino. "Pero para ello hay que hacer más que sólo sacarse una foto con el tranvía", matizó.
Fuente Suplemento Comercio Exterior La Nación 20/3/07

5/3/07

Exportaciones a mercados nuevos se cuadruplicaron desde 2001

Las ventas a los diez países que más incrementaron sus importaciones de productos argentinos pasaron de u$s1.902 M en 2001 a los u$s8.100 M actuales. Si bien China motorizó parte del crecimiento hubo países que multiplicaron sus compras de productos locales hasta dieciséis veces.
Los productos “made in Argentina” cada vez más tienen una mayor participación en mercados relativamente nuevos, especialmente luego del efecto devaluatorio. De acuerdo a un relevamiento realizado por la Fundación ExportAr, considerando los diez países que más incrementaron sus compras de productos locales -entre los 35 mercados de mayor peso para la Argentina- se produjo un salto exportador que permitió cuadruplicar los valores desde 2001. Así, mientras que cinco años atrás las empresas argentinas realizaron ventas a estos destinos por poco más de u$s1.900 millones, el año pasado los envíos treparon hasta los u$s8.100 M, una suba sustancial considerando que las exportaciones generales, durante ese mismo período, mostraron una tasa de crecimiento del 75%. En este contexto, los commodities se convirtieron los artífices de la importante suba. Los productos mineros, la industria cárnica y las materias primas de origen agrícola, fueron algunos de los bienes que ganaron participación en países poco tradicionales para las exportaciones argentinas, como es el caso de Suiza, Polonia, Indonesia, Arabia Saudí, Argelia y Filipinas. Sin embargo, el ranking también pone de manifiesto una buena performance en países más tradicionales para el país, como es el caso de Rusia, China, Colombia y Venezuela.
En busca de valor agregado
Suiza fue el mercado que mostró una mayor tasa de crecimiento en sus importaciones. Esta economía, que cuenta con el mayor PBI per cápita del mundo, pasó de realizar compras por poco más de u$s32 M a los u$s521 M actuales. Sin embargo, los más llamativo es el salto exportador se produjo recién el año pasado, ya que hasta 2005, el suizo era un mercado marginal, con envíos por apenas u$s73 M. Los productos minerales y sus derivados fueron los responsables del boom. De hecho, en 2004 representaban apenas el 4% de las ventas argentinas, cono envíos por sólo $85 mil dólares y hoy este sector genera ventas por u$s500 millones anuales, con un nivel de participación del orden del 96%. Con una performance mucho más modesta, también se le exportan productos químicos, carnes y bebidas, con y sin alcohol. El año pasado, en el marco del Plan Estratégico de Cancillería, un grupo de funcionarios y empresarios visitó Suiza, además de otros dos mercados como Austria y Alemania. La idea de Cancillería para este país es continuar haciendo hincapié en productos con mayor valor agregado y apuntar a sectores tales como el vitivinícola, las manufacturas de cuero, alimentos orgánicos, biotecnología y software, entre otros. Sin embargo, es en los productos orgánicos donde pone la mayor cantidad de fichas. “En Suiza el consumo de este tipo de productos tiene cada vez más peso y una mayor preponderancia; por eso, día a día, los supermercados destinan mayores superficies para promocionarlos”, explicaron a infobaeprofesional.com desde la subsecretaría de Comercio Internacional (SURCI). “Allí se consume un amplio abanico de productos orgánicos tales como mijo, trigo, espárragos y vinos. Además, al tener un agregado de valor, se venden hasta un 70% por encima de los productos convencionales”, agregaron. Como se trata de mercados complejos, hay que ir con estrategias puntuales “porque este tipo de países ya tienen toda la oferta a su disposición”. Sin embargo, aclaró que como contrapartida ofrecen una gran ventaja frente a otros destinos y es el alto grado de fidelidad para con los proveedores: “son conservadores y una vez que se logra ingresar te mantienen por 20 o 25 años, no buscan reemplazos por factores coyunturales como el precio, ellos privilegian la calidad”.
Más allá del gigante asiático
En el segundo lugar del ranking elaborado por ExportAr se destaca Indonesia, un país que pertenece a los países asiáticos de segunda línea, detrás de otros destinos más tradicionales como China o Japón. Si bien es el tercer mercado que más creció, con una suba del 690% y envíos por u$s316 M, aún está lejos de ser accesible para las empresas argentinas. "Países como Indonesia están creciendo muchísimo, tienen un desarrollo alto y hay una demanda sofisticada. Es cierto que estamos exportando poco, pero por los trabajos de inteligencia vemos que en muchos de los productos que importan nosotros tenemos potencial para proveerlos", explicó Gustavo Martino, director de Promoción de Exportaciones de la Cancillería. Con importaciones por más de u$s70.000 M, la Argentina ostenta el 0,5% de market share de la mano de tres productos básicos: preparados para animales, en base a “pellets” de soja, cereales y metales comunes. Sin embargo, según Martino, "la Argentina tiene una interesante oportunidad para exportar maquinaria destinada al procesamiento de alimentos, donde las empresas locales son muy competitivas".
El dilema ruso
“La relación con Rusia va a crecer mucho”, ya que “este país ve a la Argentina sólida”, sostuvo el canciller Jorge Taiana el año pasado, durante una gira comercial. Y justamente en 2006 terminó de consolidarse como cliente: con envíos por u$s900 M, este mercado mostró un incremento superior a 500% para los exportadores locales. Sin embargo, aparece una incógnita de cara al futuro y es que el 51% de todo lo que le exporta la Argentina es carne bovina, producto que actualmente se ve afectado por una modalidad de cupos.Así, difícilmente este año se pueda alcanzar el mismo nivel de 2006, cuando las carnes arrojaron un ingreso de divisas por u$s454 M, más aún teniendo en cuenta que países como Brasil, el mayor exportador de carne bovina del mundo, o Uruguay, ya captaron parte del negocio que debió dejar de lado la Argentina. A pesar de ello, existen numerosos nichos donde hay aún margen por crecer. De hecho, Rusia es el primer comprador de azúcar nacional: desde 2004, las exportaciones de este producto se multiplicaron por 17 y hoy alcanza los u$s69 M.
Acuerdos que potencian el comercio
Si bien en el quinto y sexto puesto se encuentran Arabia Saudí y Argelia, con subas en sus valores de importación del 500% y 265%, respectivamente, Venezuela es, a su vez, el tercer mercado de relevancia de este ranking, ya que los u$s790 M que las empresas argentinas exportaron a ese destino se encuentran justo detrás de China y Rusia. “Se ve un repunte fuerte. La relación bilateral ingresó en un estadio de relación comercial que crece exponencialmente a una tasa superior a la del crecimiento de las economías”, analizó el economista de Abeceb, Mauricio Claverí.En este sentido, fueron clave los 32 acuerdos comerciales que se firmaron en poco más de tres años, durante el gobierno de Néstor Kirchner, que incluyeron convenios, cartas de intención y memorandos de entendimiento. Durante el año pasado, el crecimiento de las ventas a Venezuela se vio impulsado, en mayor medida, por las ventas de automotores, maquinaria y alimentos, que hoy explican la mitad de las exportaciones totales. Hace cinco años, esa participación era de apenas el 16%. “Se puede decir que hoy hay más valor agregado en los envíos con ese destino. Venezuela no es un país industrializado. Básicamente, sus industrias tienen que ver con derivados de petróleos, químicos y manufacturas básicas. Es lógico que la Argentina tenga una gran ventaja para ingresar con productos industrializados”, sostuvo Claverí.
Un gigante con dudas
En orden de crecimiento, China ocupa el octavo lugar en el ranking, pero poco puede ser comparado con el resto de los mercados. El gigante asiático es un caso excepcional por su tamaño de mercado, que motoriza altos niveles de demanda. De hecho, los u$s3.500 M que le envía la Argentina lo transforman en el tercero en relevancia. Sin embargo, “si bien se argumenta que los resultados con el gigante asiático se verán recién en el largo plazo, no puede negarse que lo logrado hasta el momento es pobre y demuestra que en oportunidad del acuerdo alcanzado a fines de 2004 hubo una evidente sobrevaloración de las posibilidades”, argumenta un reciente informe elaborado por Abeceb sobre las expectativas que se generaron luego de la llegada del mandatario chino, Hu Jintao. “Las compras chinas desde la Argentina son altamente volátiles, lo que se condice con la estructura primarizada de las ventas de nuestro país hacia el gigante asiático. Además, la dinámica de nuestras ventas se mantiene en general por debajo del de las importaciones totales chinas”, argumentaron desde la consultora. Al respecto, mientras que desde el 2003 a la actualidad, tanto Brasil como Chile más que duplicaron sus exportaciones a China, la Argentina sólo creció un 29%. En este contexto, según los analistas de Abeceb, es imperioso para la Argentina realizar mejoras en competitividad y productividad, con el objetivo de que el superávit que se mantiene con esta economía asiática no se transforme en déficit crónico.

Puntos importantes
Commodities como productos mineros, carnes y cereales y oleaginosas, se convirtieron en los artífices de la importante suba, según el relevamiento realizado por la Fundación ExportAr.

En el ránking, se distinguen mercados poco explorados como Suiza, Indonesia, Arabia Saudí, Argelia y Filipinas y otros más tradicionales como China, Rusia y Venezuela.

Suiza es el país que más incrementó sus importaciones de productos argentinos: en 2006 se realizaron ventas por u$s521 M, dieciséis veces más que antes de la devaluación.

También fue importante el crecimiento de Rusia, mercado que genera incógnitas para 2007, ya que es el principal comprador de carne argentina, un sector afectado por los cupos.

En Sudamérica, se destacó la evolución de Venezuela, país que de la mano de 32 acuerdos comerciales le compra a la Argentina productos por casi u$s800 M anuales.

Fuente: http://www.infobaeprofesional.com/interior/index.php?p=nota&idx=42097 . Ver infografía en el link adjunto.


29/1/07

Ranking de competitividad

El boletín de calificaciones que entrega el Foro Económico Mundial ubica a la Argentina en el puesto 69 entre 125 países; esto da lugar a comparaciones que duelen y asombran.
El país tiene instituciones tan eficientes como las de Nigeria, Nepal y Burundi, infraestructura tan desarrollada como la de Jamaica, Bolivia y Paquistán, y tanta sofisticación en materia de negocios como en Ucrania y en Colombia; la educación, similar a la de Italia, sube el promedio.
Revisar los indicadores de competitividad de la Argentina decepciona tanto como mirar el boletín repleto de aplazos de un alumno talentoso. "La Argentina es un país con un enorme potencial, generosamente dotado de recursos humanos y naturales", dice el Foro Económico Mundial en su reporte anual 2006-2007 sobre competitividad global. Hasta allí llega la elogiosa nota de concepto, y a continuación se exhiben los tristes números. Entre los 125 países evaluados por el Foro, la Argentina se ubica en el puesto 69 mientras que el año pasado ocupaba el lugar 54. La medición, que recoge testimonios de hombres de negocios con poder de decisión en cada uno de los países, considera nueve pilares: instituciones, infraestructura, macroeconomía, salud y educación primaria, educación superior y capacitación, eficiencia del mercado, preparación tecnológica, sofisticación de los negocios e innovación. Los ítems de salud y educación primaria y de educación superior y capacitación fueron los únicos que depararon algunas alegrías a la Argentina. Sólo dos rubros entre los nueve relevados. El país más competitivo del mundo es Suiza (el año pasado estuvo cuarto), lo sigue Finlandia (que repite esta posición), Suecia quedó tercero (era séptimo), Dinamarca cuarto (fue tercero), Singapur es quinto igual que el año anterior y Estados Unidos retrocedió al sexto lugar, tras haber liderado el ranking el año pasado. Japón es séptimo este año (fue décimo), Alemania quedó octavo (era sexto), Holanda es noveno (fue once) y el Reino Unido quedó décimo, cayendo un lugar respecto del ranking anterior. El índice de competitividad da una visión integral de factores que son críticos para la productividad y al competitividad de los países. Según explicó Augusto López-Claros, director del programa global de competitividad del Foro, "la presencia de estabilidad macroeconómica no es suficiente para aumentar la productividad; también es importante el entorno institucional dentro del cual actúan los actores económicos, incluyendo la protección de los derechos de propiedad, la calidad del sistema judicial, la ecuanimidad del proceso político y el freno a la corrupción". En el rubro de las instituciones, la Argentina recibe las peores calificaciones, ubicándose en el puesto 112, obteniendo un promedio de 3 puntos en un grupo donde la nota más alta posible es un 7 (ver aparte). El país comparte la pobre calificación con República Dominicana, Nigeria, Nepal, Burundi, Camboya y Filipinas, entre otros. Antes de abundar en detalles sobre otros indicadores que socavan el ánimo del más optimista, conviene dar una mirada al pequeño oasis de las buenas noticias. En el pilar que contempla la salud y la educación primaria, la Argentina obtiene muy buenas notas, ubicándose en promedio en el puesto 23. Lo logra gracias a los altos índices de inscripción en la escuela primaria, que ubican al país en el mismo escalón que Italia, Portugal, Bélgica, Holanda y el Reino Unido, en un grupo liderado por Japón. Y también contribuye la expectativa de vida de los recién nacidos, que en el país es similar a la de Polonia, Taiwan y Uruguay. La educación superior y la capacitación (en el puesto 39) también mejoran el promedio general de la Argentina, ubicando al país junto con Austria, Islandia, Italia, Reino Unido e Irlanda. Los mejores registros los alcanza en materia de inscripción secundaria y terciaria, calidad de gestión de las escuelas y disponibilidad de servicios de capacitación e investigación dentro del país. Volviendo a las malas noticias, la infraestructura baja el promedio general de la Argentina. Este rubro es per cibido por los ejecutivos como de mala calidad, con bajo desarrollo de infraestructura en los trenes, insuficiente calidad de los puertos y aeropuertos y pobre desempeño y despliegue de las redes de electricidad y telefónicas. Aquí, el país se ubica en el puesto 72, en las inmediaciones de India, Armenia, Jamaica, Paquistán, Bolivia, Botswana y Tanzania. Los números de la macroeconomía dan impulso al país hasta ubicarlo en el puesto número 51. Para ello se consideran como positivos la tasa nacional de ahorro, el tipo de cambio real y las tasas de interés (con números similares a los de China, Singapur y los Emiratos Arabes). Pero se obtienen muy malos desempeños al medir la inflación, la deuda pública y el balance de las cuentas públicas. La evaluación de la eficiencia de los mercados en la Argentina no ayuda a mejorar la nota global. El país está en el puesto 94, muy cerca de Bolivia, Camerún, Serbia y Montenegro, Guatemala, Uganda y Botswana. Burocracia argentina Un dato significativo es el que da cuenta de los procedimientos necesarios para comenzar un negocio. Lo ideal es que haya pocos trámites que se puedan completar en un corto lapso, tal como sucede en Australia, que lidera el ranking considerando que allí hacen falta dos días para iniciar las operaciones de un nuevo negocio. Lo siguen Canadá, donde insume 3 días, y luego se ubican Dinamarca, Islandia y Estados Unidos, donde se requieren 5 días para ponerlo en marcha. ¿Y en la Argentina? Bien, gracias. Aquí hacen falta 32 días, la misma cantidad que en Bulgaria y Etiopía. Un pequeño y frívolo consuelo proviene de observar que Brasil queda relegado al puesto 115: allí demanda 152 días poner en marcha un negocio. Dentro de los parámetros de eficiencia de los mercados, se valora negativamente la prevalencia de las barreras comerciales argentinas, ítem que ubica al país al fondo de la tabla, junto con las prácticas de contratación y despido de empleados, consideradas poco flexibles en la Argentina, al igual que en Sudáfrica, Surinam, Bélgica y Alemania. La adaptabilidad no parece contarse entre las virtudes argentinas, al menos en el mercado laboral. En el ranking miden muy mal la flexibilización en la determinación del salario y la cooperación en las relaciones entre empleados y empleadores. El estudio del mercado laboral aporta, además, una perla que queda en manos de los ejecutivos locales. En materia de confiabilidad del management, la Argentina se ubica en el puesto 37, dato que prueba que las gerencias en las empresas locales están en manos de ejecutivos profesionales, elegidos por sus buenas calificaciones. En este ítem supera a Brasil, Portugal, México, Grecia e Italia, por ejemplo. En la Argentina no hay relación entre la productividad laboral y el salario, el país está al fondo de la tabla y muy por debajo de la media, en el puesto 104. Los empleados más productivos tienen su paraíso en Hong Kong, Taiwan, Suiza, Indonesia y Malasia. El país latinoamericano mejor ubicado es Chile, en el puesto 16. El techo de mármol Ninguna mujer puede decir que la Argentina es una tierra de oportunidades. El país está entre los cinco peores del mundo para mujeres buscando igualdad para acceder a posiciones de liderazgo. Ocupa el puesto 121, seguida por México, Francia, Italia y España. Los mejores ambientes para que las mujeres talentosas lleguen a la cima son provistos por Zambia, Hong Kong, Singapur, Malasia, Túnez, Tailandia, Indonesia y Uganda. Estados Unidos ocupa el puesto 29 y el país latinoamericano mejor ubicado es Venezuela, en el puesto 59. La sofisticación de los negocios es una característica de los países que tienen crecimiento económico sustentable. Para medirla, se hacen preguntas tales como: ¿cuán fácil resulta obtener un crédito bancario en su país, sólo contando con un buen plan de negocios y sin ningún tipo de garantías? En Dinamarca, Islandia, el Reino Unido, Suecia y Noruega es facilísimo. En la Argentina es casi imposible. En materia de solidez de los bancos, la Argentina se lleva la peor nota de todo el boletín. Allí ocupa el penúltimo lugar, el puesto 124 entre 125 países (el último es Tajikistán). En opinión de los encuestados, los bancos argentinos requieren de asistencia del Gobierno. Los bancos más saludables y fuertes son los del Reino Unido, Suiza, Dinamarca, Irlanda, Canadá, Luxemburgo y Suecia. El acceso local a los mercados de capitales para las empresas es otro problema para la economía argentina, que ocupa el puesto 81, ubicándose en el tercio inferior del ranking junto con Kazakhstán, Guyana, Serbia y Montenegro, Uganda y Burkina Faso. Los países en los que resulta sencillo para una compañía reunir dinero emitiendo acciones u obligaciones en la Bolsa son India, Suecia, Hong Kong, Japón, Nueva Zelanda, Noruega y Taiwan. Chile y Brasil, mejor conceptuados, están dentro del primer tercio de la lista. Y, como último dato para la depresión, la economía en negro no contribuye a mejorar la nota a la Argentina. Mientras que en Singapur, Suiza, Islandia, Finlancia, Luxemburgo, Nueva Zelanda y Noruega son los paraísos de la formalidad, la Argentina se ubica en el puesto 90, seguida por Brasil en la posición 91, ambas con altos niveles de economía no registrada, similares a los de Etiopía, Bangladesh, Burundi y Ecuador. La edición del índice de competitividad 2007 se pone en marcha en estos días, motorizada en la Argentina por el IAE, encargado local de recolectar y procesar la información. Un centenar de ejecutivos argentinos recibirá el cuestionario y dará su veredicto. ¿Nos iremos a marzo otra vez?
Fuente La Nación 29/01/07

11/1/07

La Argentina, en busca de mercados no tradicionales


Cancillería ya cuenta con su plan que definirá el perfil del comercio exterior argentino durante este año. El sur de África, lugares exóticos de Asia y los países árabes serán las grandes apuestas para potenciar el vínculo internacional de las Pyme locales
En 2006 la Argentina contó, por primera vez, con un plan estratégico integral para el comercio exterior. Finalizó con la reciente misión multisectorial a China, una de las siete giras de alto nivel que exploró mercados como México, Australia, Rusia, Ucrania y Alemania, entre otros destinos, y que contó, en la mayoría de las oportunidades, con la presencia del canciller Jorge Taiana.
A estas misiones se sumaron otras 200 actividades, entre las que figuraron 18 misiones sectoriales, que tuvieron como objetivo final perforar el techo de los u$s50.000 millones en exportaciones para cuando finalice el año.
En este contexto, Cancillería ya diagramó su Plan Estratégico 2007, que definirá el futuro del comercio exterior argentino en el corto plazo y que posibilitará a las Pyme profundizar sus planes de internacionalización.
Desde la Subsecretaría de Comercio Internacional (SURCI) explicaron a infobaeprofesional.com los principales lineamientos y objetivos que perseguirán a partir del año próximo. Y la primera impresión que brinda analizar la hoja de ruta diagramada por Cancillería es que se trata de un objetivo ambicioso.
Así como este año la estrategia consistió en explorar las grandes y más dinámicas economías mundiales, como China e India, ahora se apuntará a un desafío mayor, ya que se intentará acercar a las pequeñas y medianas empresas a los llamados “mercados exóticos” o no tradicionales, destinos complejos que, más allá de algún peso relativo de los commodities tradicionales, prácticamente se mantienen vírgenes para los empresarios locales.
Así, el plan apuntará a tres grandes bloques: por un lado, los mercados de segunda línea de Asia Pacífico, países que ostentan altos niveles de importaciones en las cuales la participación argentina es notablemente baja, tales como Indonesia, Tailandia y Malasia.
A estos mercados, se sumará África, un destino clave para la colocación de agroalimentos donde el potencial aún no fue explorado en toda su magnitud.
Y, por último, luego de una interesante experiencia en el Líbano, en la Feria Internacional de Trípoli, la Argentina iría por algunos de los mercados Árabes menos difundidos: Libia, Siria y Pakistán y por Kazajstán, una ex comunidad soviética musulmana. Todos ellos son destinos marginales para el comercio exterior argentino.
“Se trata de mercados donde hay un potencial enorme y donde hay muchísimo por hacer para las empresas argentinas. Por eso, parte de nuestra estrategia pasará por allí”, adelantó Gustavo Martino, director de Promoción de Exportaciones de la SURCI, que agregó que "el objetivo es que, a partir de febrero, haya una misión comercial multisectorial de alto nivel por mes", ya que además de los anteriores, se incluirán destinos más clásicos como Portugal, España, Japón, Corea, Guatemala, Costa Rica, Perú y Colombia.
SudáfricaPara Cancillería, 2007 comenzará en febrero, y la primera misión multisectorial tendrá como destino a Sudáfrica. La elección de ese país como punto de partida no es arbitraria. Por el contrario, este país será la próxima sede, en 2010, del Campeonato Mundial de fútbol, un negocio que en su última edición le generó ingresos a la economía alemana por más de u$s2.500 millones.
"Sudáfrica es un mercado mucho más conocido que otros que planeamos explorar, pero sigue siendo no tradicional para la gran mayoría de las Pyme exportadoras", explicó el funcionario, que agregó que "la cercanía del mundial es una buena razón para diversificar más aún las exportaciones a aquel destino".
A la hora de analizar la relación comercial con Sudáfrica, se observa que, por un lado, hay una baja participación de los productos nacionales: de los más de u$s62.000 millones anuales en importaciones sudafricanas, apenas el 0,7% tiene origen local.
Por otra parte, hay una evidente concentración en productos primarios: el 50% de las exportaciones argentinas a ese destino están conformadas por cereales, aceites y desperdicios de la industria alimentaria.
Según información brindada en exclusiva por la Subsecretaría de Comercio Internacional, los sectores a los que se van a apuntar con la misión multisectorial son: GNC y artefactos domésticos vinculados con el gas, toda la industria de servicios mineros, maquinaria agrícola, productos farmacéuticos, cueros, textiles, calzados y otros negocios menos explorados como los relacionados a técnicas de modificación genética aplicada al sector agropecuario.
Desde fines de la década pasada, Sudáfrica fue testigo de fuertes cambios en su perfil productivo. Así, de una fuerte concentración histórica en minería y agricultura se pasó a un esquema en el cual la industria y los servicios financieros explican más de la mitad del PBI.
"Por eso, de la mano del mundial también vamos a fomentar las telecomunicaciones y la infraestructura argentina", sostuvo Martino, que agregó que una de las puntas de lanza será también la industria automotriz y autopartista, "dado que Sudáfrica es un polo productivo muy importante a nivel mundial".
AngolaEn este mismo viaje se incluirá en la agenda a Angola, ya que, además de la cercanía geográfica con Sudáfrica, abre nuevas oportunidades de negocios por la reciente inauguración en la Argentina de una cámara de comercio binacional.
"Aunque no se crea, Angola es un mercado muy competitivo y está creciendo muchísimo. Además, hemos profundizado una muy buena relación el último año, por lo cual, el ambiente para hacer negocios es cada vez más favorable", explicó Martino.
El país africano, cuyo 50% del PBI y 90% de las exportaciones están vinculadas a la explotación petrolífera, tiene hoy por hoy en Brasil a su principal proveedor en Sudamérica, debido a los históricos lazos que une, a ambas naciones, con Portugal.
De este modo, si bien las nuevas oportunidades, tal como fueron establecidas por la SURCI, están en rubros como comunicación, alimentos y maquinaria, también hay margen para potenciar aquellos rubros en los que la Argentina es competitiva pero pierde terreno frente a su principal socio del Mercosur. Mientras que Brasil se encamina a exportarle alrededor de u$s700 millones este año, la Argentina le exportará poco más de u$s100 millones.
Así, tomando en cuenta el período enero-agosto de 2006, se puede observar que Angola importó carne brasileña por u$s34 millones y apenas u$s2,5 millones de origen argentino.
Lo mismo sucede en otro sector donde la competitividad local hace posible expandir el negocio, como el caso de los lácteos, rubro en el cual Brasil le exportó por u$s14 millones y la Argentina poco más de u$s3 millones. O el sector de productos de la molinería (malta, féculas, gluten, entre otros), donde la diferencia es más notoria: envíos brasileños por u$s64 millones contra exportaciones locales por apenas u$s2 millones.
AsiaDecir Asia para el comercio exterior argentino es decir casi exclusivamente China y Japón. De este modo, tres países en pleno auge como Tailandia, Malasia e Indonesia parecen hoy no formar parte de este exclusivo club para los exportadores argentinos.
"Estos países están creciendo muchísimo, tienen un desarrollo alto y hay una demanda sofisticada. Lo cierto es que estamos exportando poco y, por los trabajos de inteligencia, vemos que en muchos de los productos que importan nosotros tenemos potencial para proveerlos", explicó GustavoMartino.
En tanto, Gustavo Girado, director ejecutivo de la consultora Asia & Argentina, coincidió con Martino y afirmó que "los países de segunda línea del Asia Pacífico son un target espectacular y casi virgen para las Pyme argentinas".
Para ello, basta cotejar los siguientes números: durante el año pasado, Tailandia importó productos, según el Centro de Estudios Internacionales, por un valor total de u$s182.000 millones, cinco veces más que lo que importa la Argentina.
Sin embargo, ¿con cuánto participó el país? Con apenas u$s12,7 millones. Además, el 80% estuvo concentrado en sólo tres rubros: alimentos para animales, semillas y oleaginosas.
¿Dónde están las oportunidades para las Pyme argentinas? Alrededor del 15% de las importaciones de Tailandia son bienes de capital y la Argentina, aunque de manera ínfima, ya realizó envíos, durante el año pasado de calderas, máquinas y artefactos mecánicos por un valor levemente superior al millón de dólares, convirtiéndose en el séptimo rubro más exportado hacia ese país.
¿Las principales trabas? Casi 70% de las importaciones tailandesas se realizan desde China y desde la Asociación de Libre Comercio de la ASEAN, que reúne a diez países de la región, donde hay arancel aduanero cero, aunque ciertos sectores se encuentran protegidos por regímenes especiales. Sin embargo, EEUU y la UE son importantes proveedores, fuertes en tecnología pero menos competitivos en el factor precio.
Por otra parte, para Gustavo Girado, "en Tailandia no hay lugar para los alimentos elaborados básicos, ya que son grandes productores y exportadores. Donde hay un nicho muy interesante con fuerte crecimiento es en los alimentos de alta gama o gourmet, donde habrá que apuntar a hoteles y restaurantes".
En otro orden, en ese país el Consejo de Desarrollo Económico desarrolló un plan de competitividad en 17 provincias para el sector software con la finalidad de erigirse en un hub tecnológico.
En este sentido, uno de los objetivos de Cancillería es justamente posicionar el software argentino en Asia a través de la concreción de alianzas y joint ventures con empresas locales, una exploración que ya comenzó a fondo en el mercado chino.
El caso de Malasia es otro ejemplo de cómo una prometedora oportunidad comercial queda supeditada a la lejanía, las diferencias culturales y la necesidad de invertir para ganar mercado.
Según un informe elaborado por la embajada de ese país, "comerciar con Malasia es sencillo ya que toda la estructura local existente facilita diversas transacciones sin sobresaltos. Reina la libre empresa y el gobierno alienta el intercambio internacional de bienes y servicios diversos".
También agrega que "se abolieron o redujeron los derechos de importación en casi 5.000 artículos y hoy más de 60% deluniverso de productos está sujeto a arancel cero".
Sin embargo, el intercambio comercial es bajo: de los más de 114.000 millones que importó Malasia, la Argentinaparticipó sólo con el 0,36%. A esto se suma la fuerte concentración, del orden del 97%, en productos exportados básicamente por las grandes empresas: cereales, mezclas para la elaboración de alimentos para animales y grasas y aceites.
El caso de Indonesia es sumamente similar, con importaciones por 70.000 millones, la Argentina ostentó el 0,5% de los envíos, concentrados en tres rubros básicos.
Para Girado, "en estos casos hay un mercado interesante en los agroalimentos para las Pyme argentinas, pero hay que tener en cuenta que deben cumplir con el rito Halal, sobre todo en Indonesia, el país con mayor población musulmana del mundo".
Al respecto, según Martino, "la Argentina tiene una interesante oportunidad para exportar maquinaria destinada al procesamiento de alimentos, donde las empresas locales son muy competitivas".
ArabiaSi bien el plan contempla visitar dos mercados fundamentales, amparados por su actividad petrolera, tales como Arabia Saudita y Emiratos Árabes, el objetivo es que el efecto cascada en el mundo árabe también llegue a países donde la inserción de las exportaciones argentinas es prácticamente nula.
Así, luego de participar con éxito durante este año en la Feria Internacional de Trípoli, en Libia, donde más de 60 Pyme de manera directa e indirecta cerraron negocios, Cancillería se propuso desembarcar, en 2007, en Siria y Pakistán.
Analizando de manera desagregada, el que mayor potencial registra es el mercado libio, a pesar de que los u$s57 millones exportados en 2005 representaron el 0,14% de los envíos totales realizados por el país y que ubicaron a este mercado como el destino número 62 para la Argentina.
En este contexto, Cancillería realizó, junto con la Cámara de Comercio Argentino Libia, un estudio donde se detectaron 465 productos donde las Pyme locales puede ser competitivas a raíz del programa de importación de 2.000 productos exentos de derechos aduaneros que lanzó el país africano.
Entre ellos están la construcción, el turismo, la seguridad y tecnología. Esto se debe al proceso de reconstrucción que encaró el Gobierno luego del fin del bloqueo económico.
En Siria también se desarrolla una tradicional feria internacional donde es casi un hecho la participación de una delegación argentina. Allí, Martino aseguró que "vamos a propiciar las oportunidades vinculadas con la industria petroquímica, donde contamos con mucha experiencia y donde la mayoría de las empresas que brindan servicios a esta industria son Pyme".
IncógnitasPakistán y Kazajstán aparecen como las incógnitas. "Son mercados tan nuevos para la Argentina que los viajes serán puramente exploratorios para ver cuáles son los sectores que mejor se adaptan", adelantó Martino.
El funcionario agregó que "son países que están en una situación muy preliminar para las exportaciones argentinas, pero vale la pena analizarlos porque sabemos que hay un crecimiento muy fuerte en bienes de consumo y alimentos y, sobre todo, hay un incremento en la actividad petrolera,donde no hay una competencia tan fuerte como en los países más tradicionales".
En Pakistán, por ejemplo, durante los últimos años el sector agrario creció a tasas superiores al 5% luego años de sufrir una profunda contracción. Esto, sumado a la mayor actividad industrial, fue determinante para que las importaciones de maquinarias mostraran incrementos de hasta el 35%, tal como sucedió en 2004.
En este sentido, la Argentina tiene un amplio abanico de posibilidades de la mano del tipo de cambio, si se tiene en cuenta que la mayoría de los bienes de capital llegan de Japón, Estados Unidos y Alemania, que junto a otros tres países acaparan la mitad de las importaciones pakistaníes.
Como contrapartida, la Argentina contribuye sólo con el 0,4% de las importaciones totales. Sin embargo, el nicho existe: durante todo 2005, la Argentina exportó maquinaria agrícola, artefactos mecánicos y aparatos eléctricos por más de u$s5 millones.
A esto también se suman los alimentos, que tienen un potencial insospechado y poco aprovechado: de los más de u$s120 millones que importa en té Pakistán, la Argentina contribuyó con apenas u$s100 mil.
Lo mismo sucede con Kazajstán, que compra en el exterior anualmente más de u$s25 millones en tabaco y donde la Argentina se lleva en total apenas u$s400 mil.
Sin embargo, resulta insospechado el valor que tienen los nichos en estos mercados. De hecho, entre los diez bienes más exportados por el país a ambos destinos figuran artículos como cuchillería, aparatos de óptica, productos farmacéuticos y yerba mate.
El desafío fue planteado. Según Kreckler, "continuaremos diversificando nuestra oferta exportable, en el tipo de empresas que llevamos y en los destinos que promovemos. También seguiremos federalizando el comercio exterior, con una participación récord por parte de las provincias. Pero sobre todo, y lo más importante, es que el año próximo habrá una apertura importante para las manufacturas industriales de sesgo Pyme, esto indica que hay mucho mercado por ganar".
Brasil, la cuenta pendienteMás allá del exotismo de los nuevos mercados que se potenciarán en 2007, el segundo gran objetivo que persigue Cancillería será cambiar las actuales reglas del juego que imperan en el comercio bilateral con Brasil, mediante la regionalización del mercado y la implementación, por primera vez en la historia, de un plan estratégico adaptado exclusivamente a ese mercado.
En este sentido, el plan contempla generar una serie de alianzas estratégicas con los más importantes importadores brasileños de cada uno de los estados, rompiendo con el eje logístico que impone San Pablo. Todas esas políticas redundarán en un consecuente abaratamiento de los costos para los productos argentinos.
Nota: fuente Infobae Profesional. Para infografía, hacer clicken el link: http://www.infobaeprofesional.com/interior/index.php?p=nota&idx=39020